…No dejéis de ir a estos sitios.
Por iniciativa de nuestro amigo Benjamín Colsa pasamos un día en Vejer en compañía de unos amigos blogueros, y visitamos algunos de los sitios emblemáticos de la localidad desde el punto de vista gastronómico. Benjamín conoce a una gran parte del pueblo y allí es muy querido, así que donde fuimos nos recibieron siempre con los brazos abiertos.
Comenzamos la jornada visitando la pastelería La Exquisita, donde José Galvan nos recibió con una amabilidad y cariño, que desde aquí quiero agradecerle. El nombre le viene divinamente porque todo lo que allí se puede comprar está exquisito.
El representa la segunda de las tres generaciones que regenta este establecimiento que funciona desde 1942, siendo su padre el primero que la puso en marcha y su hijo el que va a continuar con la labor.
Nos estuvo explicando que antes vendían los dulces y pasteles por las calles, como se refleja en algunas de las interesantes fotos antiguas que cuelgan en las paredes. En una de ellas de observa a una cobijada, una mujer vejeriega vestida con el traje típico de la localidad.
Elaboran todos sus productos sin conservantes y de forma artesanal, aunque ayudados por algunas máquinas de las que también conserva y expone algunas de las más antiguas, que actualmente han sido desplazadas por las más modernas y fáciles de usar.
Conservan muchos de los instrumentos que usaban antes, como recuerdo de esa labor artesanal que llevaban a cabo en años pasados.
En La Exquisita se vende todo tipo de dulces, de chocolate
Yema
Hojaldres
Nata
Pero hay algunos productos típicos de Vejer que llevan elaborando desde que abrieron, como las famosas Tortas Vejeriegas, hechas con manteca, azúcar y harina, y que no son perecederas debido a sus componentes.
Pepe nos tenía preparadas una tortitas de tamaño más pequeño de las que venden especialmente hechas para que las probáramos. Exquisitas.
También elaboran el Pan duro, que tiene su historia. Cuando la Iglesia obligaba a guardar ayuno el pueblo de Vejer se las ingenió para engañar a la Iglesia fabricando este pan que lleva además vino, canela, azúcar y clavo.
Y, por último, otro producto típico son los Rosquetes, también con gran merecida fama.
Tras la visita a La Exquisita nos dirigimos a Etú Vinos.
Tomando la carretera de La Muela llegamos a Patría, donde Ute nos recibió con una gran sonrisa, como el nombre de algunos de sus vinos.
En medio de ese sitio paradisíaco nos contó su proyecto, que no es otro que el de elaborar vinos de calidad con las vides que ha plantado en sus terrenos: uva Tempranillo, Tintilla, Sauvignon blanc, Merlot, Chardonnay…
Aún está empezando, le queda mucho camino por delante, pero los comienzos han sido muy fructíferos y está muy animada a seguir adelante.
Lo que busca Ute es, sobre todo, calidad. De su bodega salen unas 3.500 botellas al año, pero ella no busca obtener mucho vino, prefiere menos pero que sea muy bueno. Etú Vinos es sinónimo de calidad.
Me llamó la atención esta máquina para poner tapones a las botellas.
Hasta ahora lo distribuye, sobre todo, por la zona y alrededores.
Ute nos dio a probar el Rosado, muy buen vino, fresco y seco.
También probamos el tinto Sonrisa con Tintilla de Rota.
Nos fuimos de allí con una “Sonrisa” encajada, por el sitio tan maravilloso, su paisaje…y por la amabilidad de Ute, encantadora y una gran anfitriona.
Y por los vinos que habíamos probado y comprado para llevar a casa.
De vuelta a Vejer fuimos al Mercado de San Francisco donde nos esperaba Gema Mena, concejala del Ayuntamiento de Vejer, quien con mucha simpatía nos contó la historia del Mercado.
Este Mercado estaba, como otros muchos, de capa caída. Poca gente iba ya a él…Hasta que a la Corporación Municipal se le ocurrió darle vida, inspirados por el ya conocidísimo Mercado de San Miguel de Madrid.
Fue inaugurado el 8 de Diciembre del pasado 2013, coincidiendo con la Jornada de Puertas Abiertas, Vejer pueblo abierto.
Por supuesto el tamaño de este es bastante menor, pero su remodelación está en la misma línea que la de otros mercados que han decidido renacer basándose en el ofrecimiento de una nueva oferta a sus clientes.
Cuando ya estaban decididos a renovarlo les llegó el ofrecimiento del interiorista Gaspar Sobrino de hacerlo él como regalo a Vejer. Gaspar Sobrino lo ha donado, le ha hecho este regalo al pueblo que con tanto afecto y cariño lo acoge cuando viene a pasar unos días en él.
El resultado ha sido espectacular. Se nota la mano de Sobrino, sus peculiaridades y características estilísticas que se pueden ver también en el restaurante Las Delicias de la misma población.
Sin perder lo tradicional ha dejado la impronta de su sello, le ha dado modernidad, como se puede ver en los techos y paredes.
Era domingo y el mercado estaba lleno. Esta afluencia de gente no la hubiera tenido si no se hubiera tomado la decisión de revivirlo, de darle otra función como es la de poder tomar en sus 14 puestos-bares tapitas diversas: Sushi Time, Productos de la Sierra en La Dehesa, Pinchos variados
El Cartucho con fritos y asados, los encurtidos de La Muchacha…
El Mercado de San Francisco se ha convertido en un nuevo y apetecible lugar para tapear, uno más de los que ya ofrece la población que ha mejorado llamativamente en este aspecto en los últimos años.
Llega la hora de comer y nos espera un suculento almuerzo en Valvatida.
¿Qué significa el nombre de Valvatida?, les pregunté a Jesús y Tamara cuando llegamos al pequeñito pero acogedor bar que han montado en la calle Juan Relinque. Pues valvatida es el nombre científico de la estrella de mar, me contestó Jesús. Y hemos llamado así a este sitio porque el padre de Tamara le traía a ella una estrella de mar cada vez que salía a realizar su trabajo como marinero. Una bonita historia. Y un precioso nombre.
En Valvatida nos han preparado una comida especial, han cerrado el local solo para nosotros, y la verdad es que nos han hecho sentirnos muy a gusto, con su compañía y con los platos tan estupendos que ha preparado Jesús.
Jesús Recio estudió en la Escuela de Hostelería de Cádiz, digno alumno de la misma como otros muchos compañeros suyos. Trabajó en el Lumen y fue Jefe de Cocina en el Arsenio Manila, dos establecimientos que le proporcionaron experiencia y le sirvieron de trampolín para acabar estableciéndose por su cuenta en Vejer, localidad con la que Tamara está muy vinculada y en la que se encuentran muy contentos.
Ya Valvatida ha cumplido un año, etapa inicial en la que no han parado de tener éxitos y ganar clientes. Y lo que aún les queda por delante, porque a la vista de la calidad de sus productos y platos, y de la simpatía de los dos, seguro que el éxito irá en aumento.
Jesús nos tenía preparados estos manjares, a los que se unió la bandeja con chacinas y embutidos que Paco Melero había preparado como aperitivo. Una imagen vale más que mil palabras
El almuerzo fue de pie, informal, cada uno iba cogiendo lo que le apetecía y Tamara nos iba pasando cada plato conforme Jesús los terminaba. Tuvieron el detalle de imprimir unas hojitas en las que nos informaban sobre el menú, con una estrella de mar y una presentación chulísima…¡¡los detalles son muy importantes!!!.
Tomamos en primer lugar el aperitivo de Paco Melero, que consistió en un surtido de chacinas, cabecero de lomo en manteca y almuerzo campero. Nada más y nada menos…
Ensalada Valvatida
Salmorejo de zanahoria con hinojo
Ensaladilla de algas
Rollito de ternera y champiñones con salsa de chile
Emulsión de patatas con chorizo y migas
Pollo con frutos secos
Empanadillas de setas y parmesano
Queso frito con compota de tomate casera
Patatas de Feria con mostaza
Pulpo con patatas al Mojo Picón
Burguer de Retinto
Y de postre Espuma de chocolate picante
He preferido no calificar cada plato porque iba a resultar reiterativo tanto buenísimo, excelente, riquísimo, delicioso…y todos los sinónimos que pueda haber en el diccionario. Pero todos y cada uno se lo merecen.
Y ya que hemos nombrado a Paco Melero tengo que decir que aconsejado por benjamín me fui a su carnicería el día anterior, que también estuve en Vejer.
Cuando se entra en esta carnicería, en la calle Juan Relinque, los sentidos se despiertan y enaltecen. La empresa fue fundada por el tío de Paco en los años cincuenta, y ahí siguen…
El olor que desprenden todos los productos que allí se venden nos produce una sensación difícil de calificar. Dan ganas de probar todo, comprar de todo…A ello colaboran además la simpatía de Paco y los que con él atienden el establecimiento, y la limpieza y el orden que llaman la atención.
Nos habla Paco del almuerzo campero. Lo hacen los miércoles al mediodía y lo venden en tarrinas preparadas para poder ser calentadas en el microondas, pues lo mejor es tomarlo caliente, con la manteca deshecha y todos sus ingredientes calentitos. Según nos contó Paco este guiso era el que comían los que hacían las matanzas de los cerdos, es típico de La Janda, y contiene costillas, higaditos…, partes que no se usaban para elaborar los embutidos.
La carnicería de Paco Melero, es también famosa por el lomo en manteca colorá que hacen los miércoles por la tarde, y en manteca blanca los viernes por la tarde.
Una de las formas de envasarlo es poniendo un fondo de manteca, colorá o blanca, sobre una bandeja de poliuretano sobre la que colocan rodajitas de lomo. Listo para tomar, ya cortadito y todo.
Además de usar carne de cerdo ibérico de primera calidad, usan condimentos de la zona que le dan el color y aroma característicos.
Cada día elaboran unos productos concretos, así los lunes el chorizo casero y la longaniza fresca, los martes el chicharrón de corte y el morcón de lomo…
Esta carnicería es visita obligada si se va a Vejer, pero no abre los domingos, así que atención y a hacer la visita un día entre semana o sábado.
Ya para acabar la jornada nos dirigimos a casa de Anne Manson.
Anne Manson es escocesa y lleva diez años viviendo en Vejer, y cinco con su taller de cocina. En su casa se respira confort, es una casa preciosa, luminosa, decorada con muy buen gusto, y desde cuya azotea se divisa una preciosa vista de la población. Allí se dan cita extranjeros amigos de Anne que no solo van a aprender a cocinar sino que también acuden a ella para charlar, comunicarse y contarse sus experiencias, en un ambiente agradable y distendido.
En la cocina en la que imparte los cursos hay utensilios, libros de recetas, carteles con fotos de los vinos de Jerez…, y fruta, vino, y unas pastas de almendras caseras riquísimas con las que nos obsequió.
Anne tuvo la amabilidad de prepararnos unos vinos Cream de Gutierrez Colosía con cáscaras de naranjas, una mezcla buenísima.
Precisamente sobre los vinos de Jerez nos estuvo hablando Chelsea Anthon, una australiana de padre gallego que por motivos familiares vino a España y se enamoró de ella, se vino desde Sidney a vivir aquí y cuando conoció Andalucía se sintió especialmente atraída por esta región.
Conoció a Anne quien la introdujo en los vinos de Jerez mientras los saboreaban con queso Payoyo y anchoas. El no va más.
Chelsea pensó que había que conectar a los profesionales del vino con los consumidores, había que rellenar ese hueco, y se le ocurrió, junto con su marido y la ayuda de las redes sociales, crear el World Sherry Day. El éxito de esta convocatoria le ha llevado a ampliarla de un día a una semana, por lo que este año 2014 se llevará a cabo la International Sherry Week, que se celebrará del 2 al 8 de Junio.
En esta plataforma, que es como ella quiere denominarla, se podrán integrar todos los eventos que se quieran unir y de cualquier sitio del mundo. Su meta es llegar a los 600 eventos en 40 países, y una participación de 30.000 personas.
Cuando estaba inmersa en la organización del World Sherry Day conoció a Alexander Jules, quien también nos acompañaba en casa de Anne. Es un apasionado de los vinos de Jerez y tiene su propia empresa llamada como él, Alexander Jules.
Importa el vino en EEUU pero todo el trabajo se hace en Jerez, hasta las etiquetas.
En esta ocasión pudimos probar la manzanilla y conocer su amontillado.
Nos despedimos de ellos después de haber pasado un rato muy agradable en su compañía y haber descubierto estas nuevas actividades que se llevan a cabo en la localidad de Vejer y que no todo el mundo conoce.
Y así acabó nuestro día en Vejer, una localidad que ha mejorado ostensiblemente su oferta de ocio, cultural, gastronómica, y que sigue adelante, con un futuro muy prometedor en todos estos aspectos. merece no una sino varias visitas.




































































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