Cuando decidimos ir de viaje a Galicia lo primero que pensé es que tenía que visitar las bodegas Martín Códax, en Vilariño (Cambados). Me gusta muchísimo el vino así denominado, Martín Códax, pues además de haberlo tomado en varios restaurantes lo compramos en Makro que tiene, por cierto, una gran bodega. Así que decidí escribir a la bodega y me contestaron enseguida y con mucha amabilidad invitándome a visitarlas.
Bodegas Martín Códax nacieron en 1986 con 280 socios, y tomaron por nombre el del más célebre trovador gallego de finales del siglo XIII y comienzos del XIV, del que aún se conservan sus cantigas, las más antiguas en galaico-portugués, en las que se canta al amor y al mar que baña nuestras costas. La botella de Martín Códax española reproduce un pergamino con la obra de este trovador que se encuentra en la Biblioteca Morgan de Nueva York. La botella es sellada con cápsula de cera.
Su fundador fue Luciano Amoedo, enólogo que aún se dedica en cuerpo y alma a estas bodegas y a sus vinos. Nació gracias a la idea de un grupo de viticultores, actualmente socios, y con la colaboración de 300 familias cuya uva sirve para abastecerlas. Son como una gran familia.
El suelo de Cambados es ideal para el Albariño, vino del que Cambados es su capital.
Desde la bodega se divisa una magnífica vista de las rías y O Grove, donde está la isla de La Toja, y en cuyas aguas se cultiva el 80% de mejillones de la zona.
Sus viñedos están ubicados en pequeñas parcelas, se trata de minifundios que se caracterizan por usar el tradicional sistema del emparrado y son cuidados con gran esmero, siguiendo los consejos del personal técnico en viticultura para conseguir así la máxima calidad posible. Estos terrenos se abonan con un abono muy curioso, con algas y conchas de mejillones trituradas.
Generalmente la vendimia comienza a mediados de Septiembre, es manual y los racimos se depositan en cajas de 20 kg para evitar que se aplasten y su calidad disminuya.
Una vez llegan a bodega, se analizan comprobando que cumplan los mínimos exigidos y son introducidos en la despalilladora para separar la uva del raspón. Por último, una prensa neumática, es la encargada de extraer el mosto. Al recepcionar la uva se despabilla ésta quitándo las pieles y pepitas que no deben estar para la elaboración del vino blanco. Sí se dejan, en cambio, para los vinos tintos y rosados.
Una vez obtenido el mosto, comienza el proceso de fermentación alcohólica que se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable de 30.000 litros de capacidad. Cuando ésta termina, empieza la fermentación maloláctica, que transforma los ácidos málicos en lácticos, evitando así una acidez excesiva.
La poda de las vides se hacen de forma manual. Para hacer el Albariño en Martín Códax se pasa por cuatro fases, una más de las usuales.
En primer lugar se pasa el mosto a los depósitos y se dejan en sedimentación dos días.
A continuación se lleva a cabo el trasiego del mosto a otro depósito de acero inoxidable para que se produzca la fermentación alcohólica, entre 16º y 18º.
En los depósitos se refrigera con la camisa refrigeradora, en una sala donde por las barandillas circula agua fría para mejorar esa refrigeración.
A continuación se produce la segunda fermentación, se suaviza, se aporta longevidad, para que el vino dure más sin estropearse.
Y, por último, se estabiliza y se embotella según la demanda. El embotellado se realiza según la demanda de vino, el resto se deja en los depósitos que es donde mejor está.
Los principales tipos de vinos que elaboran son los siguientes:
Burgans, cuyo nombre es el de una colina. Lo que diferencia a este vino de los demás es que se para antes la fermentación alcohólica.
Marieta: Un semiseco novedoso, de ahí su nombre, que le da un toque de modernidad.
Organistrum, cuyo nombre se refiere a un instrumento musical que usaba Martín Códax.
Es más afrutado porque, a diferencia de los demás, usan barrica de la que lo sacan y lo llevan a un depósito de acero inoxidable. Las barricas para la fermentación del Organistrum son de roble Allier francés.
Lías, elaborado a base de dobles lías, es un vino de menor producción que envejece con sus propias lías y las de los demás vinos. Se cría en acero inoxidable, no en madera, por lo que es más denso.
Gallaecia, un vino único del que solo ha habido siete cosechas hasta ahora. Sus botellas van numeradas.
Mara, Alba y Anxo son otros de sus vinos con nombres de los hijos. Frutales y frescos.
Y no solo elaboran vinos, también licores, licor de hierba, aguardiente y licor de café, el que más se consume en Galicia.
Terminada la visita fuimos obsequiados con una botella de vino y nos dieron a degustar Lías, mientras disfrutábamos de las estupendas vistas que desde la terraza se pueden divisar.
Durante la visita me llamó la atención la estancia que usan para las catas, donde de forma muy didáctica y práctica se aprende mucho sobre los sentidos que se usan a la hora de catar un vino: La vista, el olfato y el gusto. Las fases visual, olfativa y gustativa de la cata.
Probetas para saber distinguir los colores:
Instrumentos a través de los cuales se pueden apreciar los olores.
Grifos para apreciar los sabores.
También hay en esta sala otros elementos didácticos y curiosos. Como vitrinas con los tipos de copas que deben ser usadas para cada tipo de vino o licor.
Botellas de los vinos de la bodega con los diferentes modelos que muestran cómo han ido evolucionando las formas de las botellas, que, además, no son las mismas para España que para ser exportadas al extranjero.
Bodegas Martín Códax está intrínsecamente ligada al arte y la cultura ya que desde sus comienzos ha apoyado todo tipo de expresiones culturales y artísticas, desde las más tradicionales a las más vanguardistas en los últimos tiempos y ha llevado la cultura gallega a todos los rincones del mundo donde Martín Códax está presente. En esta ocasión pudimos ver una exposición sobre serigrafías contemporáneas del artista ibicenco Marcos Torres.
Las Bodegas Martín Códax destacan también por sus actividades sociales y son noticia con frecuencia por sus éxitos en los mercados comerciales, una muestra de ello se puede ver en los paneles informativos donde se pueden leer noticias como estas.


Muchísimas gracias a todo el personal de las bodegas con el que tuvimos el gusto de estar y compartir esas horas, por su amabilidad, buen trato y por todo lo que nos enseñaron sobre su tierra y los vinos que producen. Aquí estaremos al tanto de su actividad y degustando sus vinos, los que ya conocíamos y los que esta visita nos ha permitido descubrir.
































Interesantísimo. Muchas gracias.
Charo si vas a Galicia no dejes de visitar estas bodegas, merecen la pena. Y prueba el Martín Codax, lo venden en Makro.
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