A veces buscamos una manera de acompañar un plato, una carne, pollo…con algo que no sea patatas fritas o ensalada. Hay muchas opciones para no cansarnos siempre de lo mismo, por ejemplo estas patatitas con esta salsa de tomate que estén riquísimas.
Qué necesitamos:
- Medio kilo de patatitas baby, pequeñitas
- Un vaso grande de tomate frito casero
- Un diente de ajo
- Una cucharada de mostaza en grano, o en polvo
- Una pizca de pimienta molida
- Una pizca de comino molido
- Tres cucharadas de azúcar moreno (o blanca)
- Una cucharada de vinagre de Jerez
- Una pizca de cayena en polvo (depende de que nos guste más o menos el picante)
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
Cómo se hacen:
Cocemos las patatitas en agua con abundante sal, las retiramos cuando estén tiernas y las reservamos.
Hacemos la salsa echando el tomate en una olla o un cazo, con el ajo rallado y sal. Lo hervimos unos minutos. Añadimos el comino, la mostaza, la pimienta, la cayena y el azúcar. Volvemos a dejar unos minutos y salamos a gusto.

Ponemos las patatas en una bandeja de horno, les echamos aceite de oliva por encima y las metemos en el horno unos 10 minutos, para que la piel quede crujiente. Las sacamos y echamos por encima la salsa. Buenísimas.
