El codillo es una parte del cerdo que está situado en la unión de dos huesos de las patas, en lo que se conoce como codo. Tiene bastante grasa y conviene cocinarlo lentamente. Es típico de Alemania y ya se está integrando poco a poco en las cartas de los restaurantes españoles. En las carnicerías no se suele encontrar normalmente, lo mejor es encargarlo, y eso hicimos nosotros, encargarlo en la Carnicería de nuestro amigo Paco Melero en Vejer.
No había cocinado codillo con anterioridad, pero teniendo en cuenta su grasa, la consistencia de su carne y su sabor fuerte, lo mejor era hacerlo de forma sencilla, eso sí…con tiempo suficiente para sacarle todo su jugo. Desde luego el resultado fue espectacular…
Qué necesitamos:
- Un codillo de cerdo
- Una cebolla
- Tres o cuatro dientes de ajo
- Pimienta molida
- Un vaso de vino blanco
- Perejil
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Cómo se hace:
En primer lugar hay que tener en cuenta que el codillo siempre hay que cocerlo antes de cocinarlo. Para ello lo metemos en una olla exprés o rápida con sal, cebolla y perejil, cubrimos de agua hasta lo que permita la olla y dejamos que se haga una media hora. Lo sacamos y reservamos.

Calentamos el horno a 200º. En la bandeja del horno ponemos cebolla y ajo, encima el codillo, sal, pimienta negra molida y regamos con vino. Cuando pasen 15 minutos echamos por encima el jugo que ha soltado la carne con el vino, cubriendo el codillo. Cuando pasen otros 15 minutos hacemos lo mismo, pinchamos el codillo para ver si está tierno y, si es así, apagamos el horno. Si aún no está tierno lo dejamos unos minutos más, echando jugo por encima.

El resultado es una carne muy tierna, jugosa y sabrosa. Podemos acompañarlo con chucrut, puré de patatas o patatas fritas. Buenísimo.
