Rota se ha convertido en una localidad muy querida, dicen que el roce hace el cariño y en este caso así es. Gracias a nuestra amistad con Pilar Ruiz Rodríguez-Rubio, extendida ya a toda su familia, hemos ido a Rota en múltiples ocasiones, ida y vuelta en el día o quedándonos a dormir y disfrutando de unos días en esa preciosa, luminosa y acogedora población gaditana. Si ponéis «Rota» en el buscador de este blog, podréis ver la gran cantidad de entradas que os salen, tanto de recetas como de crónicas sobre visitas a esta localidad.

Pues hemos vuelto recientemente, acompañados por un grupo de amigos y amigas, blogueros o dedicados a la gastronomía, y amantes de conocer y saborear los productos de cercanía, roteños en este caso.
Quedamos tempranito para poder visitar todos los lugares cuya visita había concertado Pilar, y empezamos yendo al Centro de la Mayetería Roteña, donde nos esperaba Paco Blasco, o como ya se le conoce, Alma de tomate. Paco lleva adelante un proyecto muy interesante en una parcela de dicho Centro, estudiando y trabajando en un huerto ecológico. Es valenciano y su familia se dedicaba a la agricultura, actividad que para él es un hobby y no su medio de vida, ya que no puede vender sus productos y los dona a entidades benéficas y comedores sociales.

Su fin es conseguir una agricultura regenerativa en la que la tierra juega un papel primordial, regenerándose ella misma. El cultivo biológico que lleva a cabo Paco no utiliza pesticidas, herbicidas ni cualquier tipo de sustancia química.

Su seña de identidad es el tomate, los tomates…pues tiene una enorme cantidad de variedades cuyas semillas en algunas ocasiones han sido heredadas de generación en generación.

A lo largo del recorrido que hicimos por la parcela pudimos ver calabacines, sandías, tomates, fresas y algunos productos más, y por supuesto tomates. Pudimos comprar confituras de fresa y salsas de tomate y pimiento caseras que nos ofreció Paco, todos exquisitas y de confianza.


Con ganas de quedarnos más tiempo nos tuvimos que ir porque la siguiente visita nos esperaba, pero prometimos volver para hacer una cata de tomates que esperamos sea pronto.

Llegamos a El Bucarito, empresa familiar dedicada especialmente a la elaboración de quesos de forma artesanal, con leche de cabras de raza florida, que pastan en el campo como pueden ver los visitantes. Nos atendió Yolanda Maya con la amabilidad y afecto con el que siempre nos recibe. Los quesos de El Bucarito llevan muchos años cosechando premios tanto nacionales como internacionales, lo que corrobora la gran calidad de los mismos.

También fabrican sus propias chacinas elaboradas con carne de los cerdos de su propia cabaña.

Tanto las cabras como los cerdos se alimentan con cereales producidos en sus terrenos. Se trata de una alimentación muy controlada en la que prima el respeto al medio ambiente y el cuidado y atención a los animales. Lo sabemos por experiencia ya que todos los veranos realizamos una visita a las instalaciones, hacemos queso, visitamos “la guardería” de las cabritas recién nacidas, los cerdos…y llama la atención la limpieza de las instalaciones y el cuidado y mimo con el que tratan a los animales.

En la tienda se nos ofrecieron unos aperitivos muy ricos y pudimos comprar los productos que en la misma se ofrecen.

Seguimos hacia el siguiente destino, la Finca La Pintora donde José Carlos Ferris nos recibió y dio la bienvenida, enseñándonos los viñedos y las instalaciones.
Situada en el Pago Jardal esta finca fue elegida por su padre, José Ferris con el fin de mantener la tradición familiar de cultivar y elaborar el singular y conocido vino Tintilla de Rota.

La dedicación y cuidado con el que cuidan los viñedos ha tenido como resultado un Tintilla de altísima calidad que ya es conocida y solicitada en muchos lugares de España y fuera de nuestra península.
José Carlos nos fue explicando todo el proceso de elaboración, desde la recogida de la uva hasta el embotellado, dando como resultado ese vino color caoba, con el sabor dulzón y el aroma que caracteriza al Tintilla y que tanto prestigio da a Rota.

Al acabar la visita nos ofrecieron una degustación muy generosa de sus productos acompañados de un variado tapeo para acompañarlos. Quiero comentar que el diseño de las botellas es muy bonito, hechas algunas con vidrio rojo, y es obra de José Ferris, el padre de José Carlos. Las botellas, una vez vacías, se guardan pues son preciosas.

El vino blanco Señorío de Ferris, elaborado con uva palomino, ideal para tomarlo fresquito.

El Tintilla del que ya hemos hablado y que nos llamó la atención por su alta calidad.

Un vermut elaborado con Tintilla que está buenísimo y cada día gana más adeptos.

Una vez acabada esta visita ya era hora de comer, aunque con los tapeos anteriores ya poca hambre teníamos, pero nos esperaba José Antonio Liaño en su restaurante Badulaque, en pleno centro de Rota, para degustar un menú que nos había preparado con productos relacionados con esta tierra.

Ya conocíamos este local al que no nos importa volver las veces que sean necesarias pues, además de las vistas tan espectaculares que tiene a la playa de La Costilla, se come estupendamente.







El menú que nos tenía preparado tuvo un plato extra que fue añadido como sorpresa, el arranque roteño. Se trata de un plato muy típico elaborado con tomates, pimientos, ajo, aceite y pan.

En este enlace podéis ver la receta que Pilar y su madre Cristina tienen publicada en su blog Aprendiendo a cocinar.
Comimos divinamente acompañando los platos con vinos blanco y tinto Barbazul de las bodegas Huerta de Albalá. Vinos estupendos de la zona de Arcos de la Frontera que recomiendo probar a los que aún no los conozcáis.

Aún teníamos la tarde por delante y la primera visita vespertina fue a un lugar que nos dejó con la boca abierta a todos por su belleza y encanto, los Apartamentos La Baílla. Nos recibió María José Marcos, hija del promotor de este edificio situado en pleno centro de Rota y al lado de la playa. Se trata de un sueño de Antonio Marcos que se hizo realidad y fue ubicado sobre los cimientos del antiguo Balneario Nuestra Señora del Rosario, referente vacacional al que acudían los clientes deseosos de tomar baños de sol y de aguas del mar.

Recorrimos las instalaciones acompañados por María José quien nos fue explicando cómo se gestó este proyecto, el sueño de su padre, que ha tardado muchos años en hacerse realidad pero cuyo resultado es espectacular.

Durante el recorrido se experimenta un gran placer estético y sensorial, cada detalle arquitectónico está muy cuidado, siguiendo las pautas de la arquitectura islámica y concretamente de Marrakech, de la que Antonio es un enamorado.


Además cuenta con una zona de spa, jacuzzis y baños turcos a la que también pueden acceder personas que no estén alojadas en los apartamentos.

Al despedirnos tuvieron un detalle con el grupo y nos regalaron un pequeño tajín de cerámica como recuerdo de nuestra visita.

Pues después de esta preciosa visita nos dirigimos al último lugar elegido por Pilar en esta ocasión, La Silla Azul, un coqueto local donde se pueden tomar unos desayunos espectaculares, como el del tipo “brunch” que se puede tomar los sábados y domingos, comer, tomar copas, cafés y tés…Todo ello en una plaza muy agradable del centro de Rota.

Kike su actual propietario nos atendió estupendamente y tuvimos la ocasión de volver a saludar a un querido amigo, Paco Guzmán, quien está al cargo de la cocina. De su restaurante El Remedio, ya desaparecido, guardamos un estupendo recuerdo.

Nos ofrecieron unos tés muy ricos y para acompañarlos tarta de zanahoria y brownie de chocolate.


Ambos dulces estaban exquisitos y en La Silla Azul terminamos esta visita a Rota, sentados, charlando y recordando momentos parecidos que disfrutamos en años anteriores.
Estando en La Silla Azul recibimos la agradable visita de Esther García Fuentes y Aurora Luna, Teniente Alcalde Delegada de Turismo y Técnico de Turismo del Ayuntamiento de Rota, respectivamente, quienes nos obsequiaron con algunos recuerdos y compartieron con nosotros un buen rato de charla.

Fue un día espectacular, de los que se guardan en la memoria para recordarlos de vez en cuando, como ejemplo de lo que hay que hacer en la vida, pasarlo bien, disfrutar con los amigos, reírse, poner en práctica el Carpe diem de Horacio. Y además en Rota, localidad que, vuelvo a decir, es entrañable, bonita, luminosa, y que en el tema gastronómico ofrece una gran variedad de productos dignos de conocer y saborear. Hasta la próxima visita, Rota…volveremos.