Desde que probé la Baklava se convirtió en uno de mis dulces favoritos. La Baklava es un pastel típico de los países árabes. Yo aprendí a hacerlo en un curso de la Escuela de Hostelería, con Juan Ramón González Higuero como profesor. Lo he hecho teniendo en cuenta su receta y con mi toque personal. Encontré una receta que llevaba chocolate, ingrediente que no tiene la que aprendí, y decidí ponerme manos a la obra. El resultado fue sorprendente, no me podía imaginar que saliera tan rica.
Qué necesitamos:
- Un paquete de pasta filo, que la venden en los supermercados
- 100 gr. de nueces peladas
- 100 gr. de almendras o avellanas tostadas
- 75 gr. de chocolate
- 125 gr. de mantequilla
- 50 gr. de azúcar
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharada de pan rallado
Para el almíbar:
- 150 gr. de azúcar
- 1/4 litro de agua
- Una rama de canela
- Zumo de medio limón
- Un toque de vainilla (optativo)
- Un toque de agua de azahar (optativo)
Cómo lo hacemos:
En el vaso de la batidora se trituran las almendras, las nueces y el chocolate.
Se mezcla todo en un cuenco con el pan rallado, la canela y el azúcar.
Se pone la mantequilla a derretir en un cazo.
Se van pintando con la mantequilla derretida las hojas de pasta filo, y se superponen de cuatro en cuatro.
Vamos colocando el relleno en las hojas y enrollando, formando un rulo.
Se colocan en una bandeja de horno, con papel de horno en el fondo, y se pintan con mantequilla.

Se cortan con un cuchillo las porciones, sin llegar al fondo.
Esto se hace para que luego se puedan cortar con más facilidad, sin romper la pasta.
Calentamos el horno a 120-130º y las metemos durante una hora. Cuando pase la hora subimos a 180º y las dejamos hasta que estén doradas.
Hacemos el almíbar.
Con el almíbar pintamos las Baklavas, abundantemente, que las impregne.
Se cortan las porciones y listo…¡a disfrutarlas!.














