El sábado pasado visitamos la Viña Santa Petronila, en Jerez de la Frontera.
Se trata de una antigua explotación vitícola anterior a 1737, en pleno corazón de las tierras albarizas del Jerez. Una cuidada restauración debida a la iniciativa de Brita y Agustín ha logrado recuperar el encanto de la casa del S. XVIII, y añadir una Casa Rural que tiene todas las comodidades del S. XXI, como la calefacción por suelo radiante o la alberca situada en un porche con vistas a las viñas de Jerez.
Comenzamos la visita por el Centro de Interpretación que muestra con paneles y objetos la historia de esta viña y cómo se trabajaba en ella.
Como hemos dicho antes, el edificio alberga también una Casa Rural, muy bonita y decorada con mucho gusto, con motivos relacionados con la vid y los viñedos.

Algunas habitaciones con buhardillas…
Como ejemplo de la decoración a base de motivos vitícolas, las puertas de las habitaciones con el nombre de un tipo de uva para cada una de ellas.
O los lavabos de los cuartos de baño…
Ellos elaboran un vino, Cien, blanco, más bien dorado, muy agradable al paladar, hecho con uva palomino fino, que probamos acompañado, entre otras cosas, de una quiche que había hecho Brita. Buenísima.
Nuestros amigos Juan Antonio Mena y Pilar Acuaviva llevaron Blam Blams y Regañás de Don Pelayo, que nos gustaron muchísimo a los que aún no los habíamos probado.

Y para culminar esta agradable visita, Brita nos obsequió con una crema de membrillo hecha por ella que estaba buenísima, sola y con queso.
Merece la pena una visita a este lugar, a su museo, su Casa Rural, su entorno de viñedos y, como no, comprar y probar su vino Cien, blanco, ligero y de espíritu joven.
Más información en http://www.santapetronila.com/














Te ha quedado hermoso. Pasamos una mañana estupenda con unos anfitriones encantadores y con ganas de volver ;O)
Es verdad, se unió todo, hasta el buen día que hizo.