La berenjena llegó a España durante la Edad Media, traída por los musulmanes cuando éstos ocuparon nuestra Península. Fuimos los españoles los que la introdujimos en Europa por donde se extendió con gran rapidez sobre todo a Francia e Italia.
No deben elegirse demasiado grandes y deben estar tersas y brillantes. No aguantan mucho y se deben consumir enseguida. Si las guardamos en la nevera duran en buenas condiciones unos dos días. Cuando están demasiado maduras tienen manchas en la piel que luego al pelarlas vemos que se corresponden con manchas marrones que amargan.
Pues en estos días vemos buenas berenjenas en los mercados, podemos hacerlas fritas en rodajas, asadas y aliñadas, con jamón, con gambones…En esta ocasión hemos elegido esta otra forma de cocinarlas, refriéndolas y haciendo una tortilla riquísima.
Qué necesitamos:
- Dos berenjenas
- Dos patatas
- Cuatro huevos
- Aceite de oliva
- Sal
- Dos dientes de ajos
Cómo la hacemos:
En primer lugar pelamos las berenjenas y las cortamos en dados. En una sartén refreímos los ajos cortados y a continuación añadimos la berenjenas. Añadimos un poco de agua y dejamos que se hagan.
Las aplastamos con un tenedor.
Pelamos y cortamos las patatas en rodajas, las freímos. Batimos bien los huevos hasta que salga espumita.
En una sartén con un poco de aceite mezclamos las berenjenas y las patatas. Cuando estén bien unidas añadimos los huevos batidos y removemos con un tenedor para que quede una mezcla homogénea.
Vamos dando forma a la tortilla, como a la tortilla de patatas, hasta que esté cuajada.
Ya tenemos una estupenda tortilla, riquísima. La mezcla de las patatas y las berenjenas refritas le dan un sabor exquisito. Probadla.